Desde que era pequeño, siempre tuve una fascinación por los espacios y cómo estos influyen en las personas. Crecí dibujando planos imaginarios en hojas de papel y construyendo modelos con cualquier material que tuviera a mano. Fue esa pasión la que me llevó a estudiar arquitectura, una carrera en la que descubrí cómo transformar ideas en realidades que inspiran y conectan.

Después de graduarme con honores en la Universidad Politécnica, comencé mi trayectoria profesional en un prestigioso estudio, donde participé en proyectos que iban desde viviendas particulares hasta grandes complejos comerciales. Con los años, mi experiencia y visión arquitectónica me llevaron a emprender mi propio camino, fundando mi estudio con el propósito de ofrecer un enfoque más personalizado y humano a cada proyecto.

Hoy, con más de 10 años de experiencia, mi misión sigue siendo la misma: diseñar espacios que no solo sean funcionales, sino que también cuenten historias, reflejen personalidad y mejoren la vida de quienes los habitan. Cada proyecto es un nuevo reto, una oportunidad para combinar creatividad, técnica y un profundo respeto por el entorno.

Este camino no solo ha sido un recorrido profesional, sino también una evolución personal. Creo firmemente que la arquitectura tiene el poder de transformar el mundo y, desde mi estudio, trabajo cada día para aportar mi granito de arena a esa transformación.